En Nueva Caledonia los referéndums pasan, las desigualdades coloniales persisten

Por dondequiera que se conduzca en Nueva Caledonia, ya sea una pista del norte o una carretera larga que lleva a la capital, Numea, si se ve a alguien andando por el arcén, casi seguro será una persona kanak. “Estamos en un país en el que los kanak continúan al borde del camino”, resume el sociólogo Jone Passa, autor de varios estudios sobre la sociedad kanak. Casi 170 años después de que Francia tomara posesión del territorio y más de 40 años después de la aparición de la reivindicación independentista, los kanak continúan en gran medida al margen de la sociedad neocaledonia.

Los Acuerdos de Matignon-Oudinot, firmados en 1988 para acabar con los “Acontecimientos” (término que designa una década de prácticamente guerra civil entre quienes estaban a favor y en contra de la independencia) y después del Acuerdo de Numea, firmado diez años más tarde, deberían devolver al pueblo originario del archipiélago un lugar central, tanto desde el punto de vista económico como cultural. Estos acuerdos llevaron a un tercer referéndum sobre la independencia celebrado el 12 de diciembre de 2021. Los partidarios del “no” a la independencia, los “pro-Francia”, obtuvieron el 96,5% de los votos. Sin embargo, esto puede parecer una farsa puesto que el escrutinio se celebró sin los independentistas y se abstuvo más de un votante de cada dos.

Espacios para la propaganda electoral en Kone. Los espacios vacíos estaban destinados a los partidos independentistas

©Benoît Godin

A principios de septiembre de 2021 el covid-19 irrumpió en Nueva Caledonia. Hasta entonces el territorio se había salvado. La pandemia afectó sobre todo a las comunidades oceánicas, en especial a la kanak. A mediados de octubre todas las organizaciones independentistas, con el FLNKS (Frente de Liberación Nacional Kanak y Socialista) a la cabeza, anunciaron que dadas las condiciones sociales y sanitarias, no iban a participar en la consulta y pidieron que se aplazara. El gobierno francés desestimó la petición y un mes antes de la fecha prevista para el referéndum anunció que este se mantenía. En los dos referéndums anteriores, de 2018 y 2020, los kanak habían votado masivamente “sí” a la independencia. Esta vez se han encontrado excluidos de facto de la votación.

Viven aquí desde hace más de treinta años y siguen sin comprender la cultura kanak

“Al denegarnos aplazar la consulta y el tiempo de duelo que pedíamos, el Estado demuestra una vez más su desprecio por la identidad kanak”, afirma indignada Laurie Humuni,…

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Auteur: Benoît Godin